NOTICIA EN EL DIARIO DE CÁDIZ - domingo 21.06.09

Una manera exótica de divertirse, ejercitando cuerpo y mente La danza del vientre se va asentando como una actividad más para estar en forma y relajarse · En Cádiz, la escuela Salma Akef ofrece especialización y flexibilidad Elena G. Antón / Cádiz Actualizado 21.06.2009 - 05:00 Su punto exótico es a la vez un atractivo y un freno. A la curiosidad por probar algo nuevo, diferente, se opone el cortapisa de que, precisamente por nuevo, se carece de toda destreza. También se añaden otros elementos, como la vergüenza o la inseguridad. El mejor remedio es, como en casi todo, la práctica. La danza del vientre (también llamada danza oriental) se está haciendo un hueco importante en los programas de academias de baile y gimnasios gaditanos, con una demanda creciente y una aceptación en proceso. A nadie sorprende que alguien comente haberse apuntado a un gimnasio y, sin embargo, sí provoca aún alguna sonrisa o gesto de sorpresa el que la actividad confesa sea la danza del vientre. Pero no es algo tan nuevo. Esta danza llegó a Cádiz hace unos cuatro años, según los cálculos aproximados de la bailarina Salma Akef. Ella llevaba el mismo tiempo impartiéndolo en diferentes salas de la ciudad hasta que, hace unos tres meses, se lanzó a abrir su propia escuela. Salma Akef ha situado su negocio homónimo a medio camino entre la plaza de Mina y la de España, en la calle Antonio López. Allí, oferta la danza del vientre en tres niveles diferentes: iniciación, intermedio y avanzado. Esta segmentación, la especialización y una amplia flexibilidad de horarios era lo que la bailarina pensaba que hacía falta en Cádiz, y fue lo que le animó a abrir su escuela. Salma reconoce que "al principio suele dar corte", pero pasa rápido. Más o menos, el tiempo de adaptación es de un mes y, a partir del segundo, ya se gana "seguridad y fluidez". Incluso, aunque al principio resulte inimaginable planteárselo, se acaban cogiendo tablas y como para formar parte de los espectáculos que organiza esta joven empresaria. Los beneficios de esta actividad tienen una doble vertiente. Por un lado, es un ejercicio que adelgaza, tonifica, fortalece y da coordinación y sentido del ritmo, entre otros, pero también tiene una incidencia directa en el aspecto psicológico, puesto que libera estrés y relaja. "Antes no era una actividad normal, pero ahora ya es una posibilidad más para estar en forma y relajarse, con el valor añadido de la diversión", afirma la profesora. Al tratarse de una gimnasia suave, la danza del vientre no atiende a edades. Desde niñas de cinco años a señoras de más de ochenta forman el alumnado de la escuela Salma Akef. Además, no hay ningún prototipo estético. La instructora afirma que esta danza da mucha seguridad en uno mismo y hace sentir bien a nivel personal, independientemente de la condición física. Salma, confiada en la experiencia de que "casi todo el que lo prueba, se queda", ofrece un primer contacto gratuito para probar. También da esa posibilidad como parte de la oferta de talleres temáticos que diversos profesionales imparten en la escuela los fines de semana. Estos cursos intensivos de un día no pierden la nota exótica; coreografía Bollywood, flamenco oriental y percusión con darbuka son algunos de los que más éxito tienen. Éxito conseguido gracias a las personas que, por encima o a pesar del freno que supone lo desconocido, se lanzan a probar algo nuevo.